18 nov 2009

LENGUA y LITERATURA

LITERATURA, CENSURA Y EXILIO. Sólo algunos ejemplos.
Cortázar, Julio. Argentina: años de alambradas culturales, Buenos Aires, Muchnik editores,
1984. Citas correspondientes a "América latina: exilio y dictadura", leído en el coloquio
sobre "Literatura Latinoamericana de hoy", en el Centro Internacional de Cerisy-la-Salle,
junio de 1978.

"Así, entonces, asumiendo y viviendo la condición de exiliado, quisiera hacer algunas
observaciones sobre algo que tan de cerca nos toca a los escritores. Mi intención no es una
autopsia sino una biopsia; mi finalidad no es la deploración sino una respuesta más activa
y eficaz posible al genocidio cultural que crece día a día en tantos países
latinoamericanos" (p.18)

Sarlo, Beatriz "Punto de Vista: una revista en dictadura y en democracia" en Saúl
Sosnowski (ed.), La cultura de un siglo. América Latina en sus revistas, Madrid-Buenos
Aires, Alianza Editorial, 1999 (pp. 525-533).

"Para el primer número [de Punto de Vista], y los que le siguieron, escribimos decenas de
pequeños textos anónimos o firmados con seudónimo. Cada uno de esos textos era, para
nosotros, una especie de mensaje cifrado que buscaba lectores dispuestos a leerlo con la
misma voluntad de encontrar lo que se había sugerido oblicuamente en un comentario de
cine, la reseña de un libro de historia, la opinión sobre una novela. Leídos hoy, muchos de
esos textitos parecen casi incomprensibles e inmotivados" (pp. 527-528).
Moreno, María. Entrevista a Horacio Tarcus, Radar Libros,
suplemento literario de Página 12, Año IV, N 177, 25/3/2001, (pp.
6-7).
"¿Libros prohibidos?
–Estaban prohibidos, lo que pasa es que los libreros, como no los
querían tirar y se los podían confiscar, en general los recolocaban. Por
ejemplo, los sacaban de los estantes de política o de marxismo, y
reaparecían en filosofía o sociología. Si antes un libro se llamaba
Marxismo y religión, hasta el 76 seguramente iba a estar en el rubro
"marxismo", pero después, el librero para no tener que tirar el libro lo
podía poner en ‘religión’. Por supuesto, hubo librerías que fueron
cerradas, y libreros como Hernández, que estuvo preso y con la librería
cerrada durante varios meses. Pero todavía se podían encontrar cosas
perdidas en Hernández. Además, libros que no fueran muy botones se
podían encontrar, por ejemplo, Dialéctica de lo concreto, que yo
busqué denodadamente, o El asalto a la razón de Lukács. Pero Marxismo
y existencialismo era más difícil que estuviera expuesto. Entonces, ahí
había que tomar contacto con el librero. Cuando el librero te conocía te
guardaba algún libro, te lo vendía envuelto, y te decía: ‘ llevátelo
rápido’".


Editado por Carmen Villarroel

No hay comentarios: